01 julio 2014

La búsqueda del limón

En un mundo que nos ha enseñado el valor de soñar  como un bien supremo e indispensable para labrar nuestro camino al éxito, que nos ha puesto en los blancos y negros de los ganadores y perdedores y que además recarga la felicidad en ideales casi inalcanzables como la belleza exagerada, los cientos de miles de dólares y las sonrisas blancas; se le ha olvidado decirnos que soñar conlleva una responsabilidad intrínseca de trabajo, dedicación y que de todos los caminos posibles, es uno de los más engañosos y agotadores. 

Soñar es tan peligroso como luchar contra cocodrilos. La responsabilidad de soñar es una renuncia inmediata a los lugares comunes, y al  mismo lugar común de soñar también. Soñar es de valientes y de ingenuos, de aquellos y aquellas que guardan una inocencia ante la vida, casi que infantil. El valor de soñar es un acto de rebeldía, que deja a muchos tirados en el camino. La vida algo ayuda. Pero, lo más probable es que nos dé algunos limones, algunos estén podridos o muy verdes, o que no los dé del todo, talvez  no nos dé los que necesitamos exactamente; en todo caso,  si la vida no quiere dar limones, una va y busca un palo de limón, se pone ropa cómoda y se los baja solita, que si es de verdad tanto alarde por soñar, entonces hay que demostrar nuestra verdadera madera de inquisidores del limón. 

29 mayo 2014

Los fines


El señor de la tienda de la esquina anunció a sus clientes muy a su pesar,

“Se 
nos
han
terminado
los  ‘para siempre’”.


Es posible que esto esté aunado a la epidemia mundial del acabamiento. 


05 febrero 2013

Desgano de lo común


"La vida era estupenda. Lo único que uno tenía que hacer en ese pequeño mundo suyo era ser escritor o artista o bailarín y quedarse sentado o ir por ahí, inhalando y exhalando, bebiendo vino, simulando que uno sabe qué coño pasa." 
Bukowski

No me importa la mayoría de cosas que le importa a las gentes
Sí, las gentes, en plural.
No me importan las frivolidades de la belleza,
Ni los vagos argumentos de los “formales”.
No me importa la televisión,
Ni los vestuarios de domingo,
hechos para esconder las amarguras de la vida de los muertos.

No me importa cómo tienen sexo en las películas porno, 
ni cómo son las tetas ni la cintura de esas mujeres que atadas a la tiranía del morbo, acceden.

Me dejaron de importar los comentarios innecesarios de los que, cercanos a vos,
te hablan de sabidurías baratas de la vida.

No me importa lo que dicen, lo que oigo, el ruido de los lunes.
No me importa la tristeza de los domingos,
tampoco escuchar la música de moda, ni los curanderos modernos del alma.
No me importan las idolatrías, las novelas de la mañana, ni el “culo” del fin de semana, 
Nunca las portadas sangrientas de los diarios, ni la chica sin ropa de la contraportada.
Y me dejaron de importar las pasiones transitorias de volátiles amores.
Ya se los dije,
No me importa nada de lo que le importa a las gentes.
Mucho menos me importa saber cómo me convertí en esta triste criatura adoradora de imagines y palabras. 

13 marzo 2012

Adjetivos Sueltos

Promiscuos. Asesinos en sueños.  Hacedores de realidades. Avaros.  Soberbios. Imprudentes. Farsantes. Traidores.  
Cargadores del puñal
 -preparados para embestir-
Homicidas. Amantes de lo ajeno. Impúdicos. 

En fin... 
[Nosotros, 

Los humanos]

21 septiembre 2009

El sueño que cruza la frontera



 
Entre los desechos encontramos una tarjeta de “Shrek”, envuelta en unos pantalones de hombre, sucios y rasgados. La inocencia  que aún llevo y la "música  de la cajita" que tenía de pequeña en las orejas congeló el tiempo. Un niño o una niña pasó por aquí, en vez de haber estado en el "kinder", ensuciándose el uniforme con temperas,  con las uñas llenas de plastilina y cargando una lonchera con una galleta y un jugo de naranja adentro, estuvo aquí donde nunca debió estar. 


Eran mas o  menos las 11 de la mañana y el sol en Arizona ya  picaba en la piel y los ojos. En agosto, el verano en Estados Unidos conjugado con el calentamiento global y con el seco clima de Arizona hacen que uno se sienta como pavo en el horno, un horno con acabado de cielo sin nubes. Nos dirigíamos al Desierto de Sonora a recolectar basura y a entender de una manera muy inexacta lo que viven los migrantes tratando de alcanzar sueño que los hace cruzar la frontera.

Los peligros del desierto acechan por todos lados.  Humane Borders, organización que se dedica a dar asistencia humanitaria suministrando agua para los migrantes y recolectando basura en el desierto. Su objetivo principal es erradicar las muertes de la ecuación de la migración. Trabajan bajo el versículo bíblico que versa “No pasarán hambre ni sed, no los herirá el calor abrasador ni el sol, porque el que tiene compasión de ellos los guiará, y a manantiales de aguas los conducirá.” (Isaías 49:10).

Nos llevaron a un grupo de estudiantes líderes provenientes de Centroamérica y República Dominicana a vivir esa experiencia. Pero nunca va a ser lo mismo. Nosotros tenemos botellas de agua (cuantas necesitemos), no llevamos nuestras pertenencias, no estamos dejando a nadie atrás, ni traemos a los nuestros, ni somos migrantes sin documentos, ni vivimos sus vidas. En resumen, no somos ellos, no podemos ni siquiera empezar a  emprender la peligrosa aventura de imaginar qué se siente estar en sus pieles.  


 

¿Cuánta hambre se necesita  para cruzar la frontera en estas condiciones? ¿Cuánta exclusión se tiene que sufrir? ¿Cuánto miedo hay que sentir? ¿Cuántas amenazas necesita una familia para mandar a sus hijos para que puedan salir de un barrio que cobra lo que es suyo  y los deja sin siquiera la dignidad? No lo sabremos.

Cada paso en el desierto se hace más pesado con el sol en los hombros. Hay que ser cuidadosos con lo que majamos, los peligros en el desierto vienen en todas formas y tamaños, puede ser en forma de algún pequeño animal que a simple vista parece inofensivo:  serpientes y reptiles.  El calor seco empieza a cocinar la piel. Agua. El cuerpo sólo pide agua. La bandera azul les avisa a los migrantes que ahí hay posiblemente un poco más de vida (agua) para seguir el largo camino. Pasar el desierto a algunos les puede tomar 4 días o otros un poco más, y otros mueren con el sueño en la mochila.

Para alivianar la carga van dejando pertenencias en el camino: ropa, juguetes, botellas, latas de comida vacías,  sueños, vidas, gente, recuerdos. La basura cuenta historias y describe esbozos de una persona con  frío de pobre  en un calor fulminante de un mundo excluyente, de un mundo frío que les cocina la piel por poder pasar la frontera, por poder sobrevivir. Ni siquiera imaginamos todo lo que decimos de nosotros con nuestros desechos. Los que toman esta decisión solo tienen un adjetivo posible bajo el cual ser llamados: sobrevivientes.

La exclusión y una  distribución de la riqueza absurda en el mundo hacen que personas con pocas posibilidades tengan que salir a caminar por el desierto en busca, ni siquiera de una vida mejor, en busca de  posibilidades, al menos con esa ilusión salen. Dejan sus casas en busca de tener pan en la mesa y ofrecerle algo más a sus hijos, hijas y familias.

El hambre duele, el mundo  hiere y cierra los portillos para muchos, quienes en su terquedad de salir avante luchan hasta con las fronteras, con el sistema para "lograrlo", para contar la historia que cuando eran muy pobres tuvieron que dormir con fríos de desierto y cocinarse como pavos y seguir viviendo como pobres..  El hambre acecha, el planeta sigue dando vueltas y algunos sólo tratan de seguir, aunque sea dejando su país, su casa, su historia, así empezar otra vez la vida y nosotros aquí que ni cuenta nos damos. 



19 marzo 2008

Películas de Semana Santa

Cada Semana Santa nos recetan las mismas películas de hace 20 o 30 años. La verdad son ingeniosamente realizadas. En la época, los recursos tecnológicos era sumamente límitados. Los efectos especiales eran hechos a puro ingenio de directores audaces y un buen equipo, por supuesto. Sin embargo, vale la pena preguntarnos por aquello que no nos presentan en Semana Santa. ¿Qué pasa con películas como Stigma, o aquellas que tienen un mensaje espiritual pero diferente al que nos ha repetido la iglesia católica por años??? ¿Qué es lo que pasa? ¿Es sólo el morbo presentado en películas como La Pasión de Cristo lo único que hace a la gente sentirse culpables y arrepentidos?¿Gozamos viendo escenas de fuerte violencia?¿Gozamos ver a una mujer como: la madre de, la seguidora de, la pecadora y no como LA MUJER? "La Semana Santa es una época de reflexión", frase que se oye por todo lado. Entonces, ¿Porqué la iglesia no reflexiona sobre todas las atrocidades que ha cometido y las que sigue cometiendo? Algunas de las películas que están ahora en la cartelera de la televisión nacional, aunque muy disimuladamente, dejan un mensaje muy claro: La tolerancia es el principio de todo, la aceptación de la diferencia nos enriquece, no nos amenaza, pero la Iglesia, en la paxis, muestra lo contrario. El cine es un medio de comunicación como la radio, la televisión o Internet; por lo tanto, nos afecta directamente en nuestra manera de ver y entender el mundo. ¿Qué estamos entendiendo? ¿Son avance para el pensamiento humano o son medios de transmisión de esteriotipos sobre las mujeres, sobre los diferentes, sobre los hombres, sobre el más allá, sobre Dios?