05 febrero 2013

Desgano de lo común


"La vida era estupenda. Lo único que uno tenía que hacer en ese pequeño mundo suyo era ser escritor o artista o bailarín y quedarse sentado o ir por ahí, inhalando y exhalando, bebiendo vino, simulando que uno sabe qué coño pasa." 
Bukowski

No me importa la mayoría de cosas que le importa a las gentes
Sí, las gentes, en plural.
No me importan las frivolidades de la belleza,
Ni los vagos argumentos de los “formales”.
No me importa la televisión,
Ni los vestuarios de domingo,
hechos para esconder las amarguras de la vida de los muertos.

No me importa cómo tienen sexo en las películas porno, 
ni cómo son las tetas ni la cintura de esas mujeres que atadas a la tiranía del morbo, acceden.

Me dejaron de importar los comentarios innecesarios de los que, cercanos a vos,
te hablan de sabidurías baratas de la vida.

No me importa lo que dicen, lo que oigo, el ruido de los lunes.
No me importa la tristeza de los domingos,
tampoco escuchar la música de moda, ni los curanderos modernos del alma.
No me importan las idolatrías, las novelas de la mañana, ni el “culo” del fin de semana, 
Nunca las portadas sangrientas de los diarios, ni la chica sin ropa de la contraportada.
Y me dejaron de importar las pasiones transitorias de volátiles amores.
Ya se los dije,
No me importa nada de lo que le importa a las gentes.
Mucho menos me importa saber cómo me convertí en esta triste criatura adoradora de imagines y palabras.